

Diseñador Gráfico - Escritor - Poeta



Igor Yupanqui

Las nueve muertes de Kukín

(Fragmento)
Se dice que lo mataron una madrugada, por la espalda, deslealmente, porque le temían, porque verle era como aproximarse a una hoguera, porque desafiarle hubiese sido un acto temerario e irrevocable, porque nadie como él conocía el lenguaje secreto del cuchillo, porque incontables veces había vadeado esa suerte en la que sólo los bragados y curtidos salen airosos, y cada vez más crueles. Dicen que lo abordaron bajo el puente, rodeándolo, en silencio, surcados de pavor. La embestida fue unánime, lo arrearon como a un César, cosiéndolo a puñaladas hasta dejarlo exangüe, con esa mirada de hielo que jamás pudieron apartar de sus perras vidas.
Otros cuentan que se había quedado dormido inexplicablemente en una chingana tras haber bebido ron con una putita a la que jamás se volvió a ver. Al abrirse la puerta una luz parecía desemperezarse proyectando las sombras informes de aquellos jiferos que, tras irrumpir vociferando palabrotas con desparpajo, clavaron sus navajas en la espalda de quien soñaba un mar agitado y oscuro cuya espuma semejaba el rojo indefinible de las menstruaciones atrasadas. Se oyó un berrido prolongado, una respiración despaciosa que iba extinguiéndose hasta hacerse inaudible. También se oyeron escupitajos, bofetadas, puntapiés, botellas y vasos que se estrellaban contra un saco sanguinolento e irreconocible.
(Si desea recibir el cuento completo escriba un correo a igorpoma@yahoo.es)